Nuestra Señora Santísima de la Luz

AVE MARIA

El miércoles después de la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo, nuestra Santa Madre Iglesia Católica nos pone una dulce Festividad de nuestra Virgen y Madre, Nuestra Señora Santísima de la Luz.

El origen de esta Imagen pintada al oleo, viene del viejo mundo, Sicilia, Italia, en el año de 1722, siendo descrita a una vidente para que un pintor la representara como era voluntad de nuestra Gran

Señora, teniendo una versión acomodada por el pintor, no fue del gusto de la Virgen María, dándole a conocer a la vidente que ella quería que representaran su voluntad de como ella se había descrito, pintóse entonces como originalmente se había pedido, y sonriendo la Virgen Inmaculada la aprobó y dijo que fuera invocada con el nombre de Santa María, Madre de la Santísima Luz.

El Padre José María Genovesi, trajo a México esta bendita Imagen, sorteando pues, a que la voluntad divina dictara donde se quedaría este divino Tesoro, salió favorecido la entonces Villa de León, llegando pues Nuestra Señora Santísima de la Luz el 2 de Julio de 1732.

El 23 de Mayo de 1849 fue declarada Patrona de la cd. de León, Gto.

En marzo de 1866 fue consagrada la Catedral y se estrena la Campana principal, siendo el 16 de ese mes, a las 4:30 p.m. la colocación en el Altar Mayor de la Imagen bendita.

en 1872, S.S. Papa Pio IX, concedió el patronazgo de nuestra Señora, Madre de la Santísima Luz a la naciente Diócesis de León.

Por concesión de su Santidad el Papa León XIII fue solemnemente coronada el 8 de Octubre de 1902, por el Obispo Mons. Leopoldo Ruiz y Flores.

VISITA A LA MADRE SANTÍSIMA DE LA LUZ (Se venera en la ciudad de Leon.) Rezarás el Santo Rosario y en seguida: Oración. MADRE mía amorosísima llena de piedad y de misericordia ! bien sabes que desde mis más tiernos años tu bendita imagen de la Luz,ha conmovido mi corazón y me ha inspirado la más dulce confianza en tu maternal protección. ¡Cuantas veces, como a esa alma que con tu diestra sostienes, me has librado de caer en el infierno ! Tu nombre dulcísimo ha sido,para mí, luz esplendorosa que ha disipado las tinieblas de la tentación con que el demonio trató de ofuscar mi inteligencia, a fin de que perdiendo a mi Jesús, pierda mi alma. Sígueme iluminando, guíame de la mano y consérvame en el amor de mi Dios, para que sea mi corazón uno de los que con tanta complacencia presentas a tu divino Hijo y Dios de mi corazón. Amen.

Rezarás cinco Salves en honra de las cinco letras que componen el dulce Nombre de María.